Nunca pasan de moda, son clásicos impermeables e inoxidables entre los zapatos de vestir clásicos. Un clásico de clásicos. Recientemente en la Argentina (en la anterior década) tuvieron su auge popular vinculado a un sector político, pero más allá de eso son utilizados por todos y desde hace mucho tiempo. No hay nada más atemporal y elegante que un buen par de zapatos Oxford. Pero ¿cómo nació este modelo con tanta elegancia?
Se podría decir que son un pilar del vestuario masculino, un símbolo de sofisticación y de categoría. Estos zapatos han trascendido generaciones, y se renuevan adaptándose a los cambios que la moda va imponiendo sin perder su esencia y característica.
El origen de este “modelo” se remonta a las universidades escocesas e irlandesas durante el siglo XIX. El primer nombre que recibieron (y aún en esos países se los suele llamar así) es: Balmorals. Mientras que los “zapatos Derby” son el otro modelo entre los principales que existen.
Pero volvamos al origen de los “Oxford”: del campo a la universidad.
El zapato “estudiantil”
Aunque el nombre evoca a la famosa universidad inglesa (porque desde allí surgió su “fama internacional” y se impuso como moda primero en Europa, luego en Estados Unidos y finalmente en todo el mundo), sus raíces se encuentran en los otros países del Reino Unido, es decir: Escocia e Irlanda; donde los estudiantes y la clase alta rural buscaban un calzado más cómodo que las botas de tacón alto de la época, más prácticas para el campo.
Hablamos del Siglo XIX. Y los “jóvenes” de entonces concibieron un zapato de media caña con cordones y de taco bajo. Más cómodo para usarlos todo el día, y especialmente por aquellos “jóvenes” que comenzaban a pasar más tiempo en las aulas de las universidades que en el campo realizando tareas manuales.
Este diseño, conocido inicialmente como "Balmoral" (en honor al castillo de Balmaral, de la familia real británica), permitía una mayor libertad de movimiento en el tobillo (menos molestias) a diferencia de las botas que restringían el movimiento del pie, aunque daban mayor firmeza y seguridad en terrenos irregulares.
El nombre de "Oxford" se popularizó después, en las décadas siguientes, cuando este diseño fue adoptado masivamente por los estudiantes universitarios.
Las claves de la formalidad: características del Oxford
La principal característica que lo distingue de su primo más informal, el Derby (cuya traducción podría ser encuentro deportivo, juego), no es su taco bajo y media caña, sino su sistema de cordones cerrados.
Los ojales para los cordones están cosidos directamente sobre el cuerpo del zapato, por debajo de la parte delantera (la pala), formando una "V" que se cierra firmemente al atar los cordones. Esta característica no solo le otorga un aspecto más formal, sino que también garantiza un ajuste ceñido, elegante y formal. Con el tiempo, el diseño evolucionó, dando lugar a diversas variaciones, desde los clásicos de cuero liso hasta los ornamentados con perforaciones.
Existen cuatro diseños o modelos principales:
- Zapatos lisos (clásicos), sin ninguna ornamentación o decoración extra.
- Legate, con punteado en las costuras dando un toque especial.
- Semi-brogue, con punteado tanto en las costuras como en la puntera del zapato, de mayor estilo.
- Full-brogue, presentan punteados con dibujos en la punta y en las alas, es el modelo más ornamentado de todos.
Del vestuario de negocios a la alfombra roja
Por su estilo, forma de construcción y comodidad, el zapato Oxford puede ser utilizado para la actividad diaria en la oficina, para reuniones de trabajo, o inclusive para asistir a fiestas elegantes, casamientos y ceremonias de alta alcurnia, lo que le otorga una gran versatilidad y hace que nunca pase de moda.
Tener un Oxford en el placard es una muy buena opción para utilizar en cualquier momento.
El Cap Toe Oxford es el diseño más popular, el más usado y el más vendido. Se podría decir que el clásico entre el clásico de los clásicos.
Suele venir en color negro (ideal para fiestas), aunque también lo puedes conseguir en marrón y otros colores (para reuniones de negocios).
Por último, cabe señalar que se suele recomendar comprar zapatos por la tarde, ya que es cuando el pie se encuentra más hinchado debido al caminar y andar de todo el día, y así evitar inconvenientes o malestares posteriores, adquiriendo el talle correcto.
En definitiva, invertir en un par de calzado de buena calidad no es solo una elección de moda, sino una decisión inteligente que te acompañará en los momentos más importantes de tu vida, y también contribuirá a tu salud.
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