Ya adentrados en el siglo XXI es difícil imaginar cómo ha evolucionado la “grabación” y “reproducción del sonido”, desde los antiguos tocadiscos al parlante bluetooth. Recordemos que en el siglo XIX, hace poco más de 150 años, la música sólo podía ser escuchada “en vivo”. Hoy, es prácticamente imposible imaginar el vivir sin que la música nos acompañe a todos lados.
Por un lado podríamos hablar de la evolución de los procesos de grabación, almacenamiento y reproducción de sonidos, pero nos detendremos en sólo un aspecto, el de la “portabilidad”, que comenzó a fines de los ’70, en un proceso que bien podríamos denominar como el inicio de la democratización del acceso a música en alta calidad en cualquier lugar.
El inicio de la portabilidad: de lo estático a lo personal
El primer gran paso se da en 1979, cuando Sony revoluciona la industria con el Walkman. Representó en su momento un gran salto en innovación en cuanto al tamaño de los aparatos, con un sofisticado sistema mecánico y tecnológico, que permitía en escasos centímetros tener un reproductor de cassettes y -sobre todo- moverse con ello y escuchar en cualquier lado: en el dormitorio, en la vereda, en la plaza, caminando… walk man…
A su vez, aquí también inicia un nuevo camino: el de la individualización de la experiencia, escuchar música pasaba a ser una experiencia intima, personal, individual. Fue el inicio de una revolución.
Personal y digital: más música, menos espacio
Con la llegada del CD y la era digital, el Walkman evolucionó a su sucesor, el Discman (¿hombre disco?, un nombre bizarro sin dudas). Lo digital mejoró la calidad de sonido drásticamente. Y entonces se vendría el siguiente paso: optimizar el “espacio”. Adiós a los cassettes y a los CDs. La irrupción del formato MP3 permitió tener en poco “espacio” una gran cantidad de canciones sin que pierda notoriamente su calidad, y entonces las empresas se lanzaron a crear los dispositivos que nos permitan “llevar en el bolsillo”, cientos o miles de canciones: el iPod de Apple, fue -quizás- el dispositivo señero de esta etapa.
La portabilidad se vuelve extrema. Y la música deja de ser una "colección" física para pasar a ser una "biblioteca" digital. Si seguimos en esta línea deberíamos hacer mención a “la nube” y a la irrupción de sistemas como Spotify o Youtube Music (antes, hace mucho, MySpace, BandCamp) que están revolucionando la forma de compartir, escuchar y “tener” música… pero ese será tema de otro artículo.
Sin cables: la libertad del sonido
En lo que refiere a los dispositivos, es decir a los aparatos para escuchar música, el siguiente paso relevante en este camino de la evolución es “lo inalámbrico”. Es que el cable, en el walkman, en el discman, en el iPod, molestaban… Y llega el bluetooth.
Inicialmente comenzó a utilizarse conectar dispositivos y transferir archivos y para auriculares manos libres. Pero en lo que respecta al sonido y la reproducción de música, la verdadera innovación vino cuando se aplicó a altavoces o parlantes.
Los primeros parlantes bluetooth que aparecieron en el mercado tenían mala fama. La calidad del sonido no era buena, aunque servían para una situación de emergencia. Hoy en día, hasta en los grandes recitales con los sistemas de sonido más caros, el cable es prehistoria y el bluetooth es el rey. Inclusive los músicos en los recitales conectan sus instrumentos mediante bluetooth, lo que confirma la gran evolución que ha habido al respecto.
Hoy en día podemos inclusive encontrar en el mercado parlantes bluetooth que cuentan con sistema operativo integrado y se conecta a Spotify para reproducir música, o conectarlo por bluetooth al teléfono para reproducir la música que elijamos o vincularlo a otros dispositivos, como la TV, para mejorar la calidad de lo que escuchamos viendo una película, entre otras múltiples opciones más.
El futuro del sonido portátil
Es difícil aventurar cuáles serán los siguientes pasos en este camino. Pero lo cierto es que en apenas 40 años, la evolución ha sido trascendental. Hoy en día el smartphone es el “reproductor universal” por excelencia. Y todo parece conducir a que cada periférico que se cree lo hará para potenciar el uso de nuestro teléfono. En este sentido, la tecnología bluetooth, seguirá, por un largo tiempo más, siendo fundamental en estos procesos.
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